Pari Olarte, Josefa BerthaGonzales de la Cruz, Rosario Elena2025-09-112025-09-112025https://hdl.handle.net/20.500.13028/6589El objetivo de la investigación fue “Determinar el cumplimiento del manual de buenas prácticas de oficinas farmacéuticas que ejerce el personal técnico que atiende en boticas de la provincia de Ica, 2023”. Sobre la metodología utilizada fue de tipo relacional-observacional, con un enfoque cuantitativo, de carácter prospectivo y no probabilístico. La muestra estuvo conformada por 115 usuarios, la misma que fue determinada en función a su aplicación según las actividades programadas, para el cual se utilizo el cuestionario con preguntas en cuanto a las variables en estudio. Resultados: El estudio evidencia que la aplicación del Manual de Buenas Prácticas de Oficina Farmacéutica se centra principalmente en la dispensación de medicamentos (52.2%), lo que refleja una mayor atención en la entrega segura de fármacos. Sin embargo, la farmacovigilancia (24.3%) recibe menor prioridad, lo que sugiere la necesidad de fortalecer el seguimiento de reacciones adversas. En cuanto a las buenas prácticas de almacenamiento, el control de temperatura y humedad (41.7%) es la categoría más aplicada, lo que asegura la estabilidad de los medicamentos. No obstante, el manejo de productos vencidos o deteriorados (19.1%) es deficiente, lo que representa un riesgo para la seguridad del paciente. Respecto a las buenas prácticas de dispensación, la mayoría del personal prioriza la información sobre el uso y conservación del medicamento (43.5%), alineándose con la importancia de la educación al paciente. Sin embargo, la documentación de la dispensación (29.6%) es limitada, a pesar de ser un aspecto clave para la trazabilidad y reducción de errores. En farmacovigilancia, la mayor atención se da al seguimiento de pacientes con medicamentos de alto riesgo (37.4%), lo que ayuda a reducir efectos adversos. Sin embargo, la capacitación en farmacovigilancia (33.9%) sigue siendo insuficiente, afectando la identificación y notificación de reacciones adversas. El personal técnico farmacéutico muestra mayor dominio en el conocimiento de interacciones y contraindicaciones (41.7%), pero evidencia deficiencias en el manejo de normativas y regulaciones farmacéuticas (28.7%), lo que puede generar incumplimientos legales. En cuanto a la experiencia en dispensación, el 39.1% ha recibido capacitaciones, aunque solo el 23.5% aplica correctamente los criterios técnicos en la dispensación, lo que refleja una brecha entre formación teórica y práctica. La actitud del personal técnico destaca por el cumplimiento de normas de dispensación (39.1%), pero aspectos como la empatía y orientación al usuario (30.4%) y la actitud proactiva (30.4%) necesitan ser fortalecidos para mejorar la satisfacción del paciente. Las correlaciones muestran que el cumplimiento del Manual de Buenas Prácticas y el desempeño del personal técnico tienen una relación moderada (r = 0.499, p < 0.01), lo que indica que la aplicación de buenas prácticas mejora el desempeño, aunque no es el único factor influyente. La relación con buenas prácticas de almacenamiento (r = 0.347, p < 0.01) es más baja, lo que sugiere que otros factores, como la infraestructura y gestión de inventarios, también impactan en el almacenamiento adecuado. El análisis de la tabla cruzada revela que el 44.3% del personal vii considera que las buenas prácticas se cumplen solo "a veces", lo que evidencia fallas en su implementación. Solo el 38.3% cree que siempre se cumplen, mientras que un preocupante 17.4% señala que rara vez o nunca se aplican, lo que resalta la necesidad de reforzar la supervisión y adherencia a las normativas. Conclusión: El estudio concluye que el Manual de Buenas Prácticas de Oficina Farmacéutica se implementa de manera parcial en la mayoría de las farmacias, con una mayor atención en la dispensación de medicamentos, pero con deficiencias en la farmacovigilancia y el manejo de productos vencidos. El personal técnico farmacéutico posee un nivel adecuado de conocimiento sobre interacciones y contraindicaciones de medicamentos, pero presenta debilidades en el manejo de normativas y en la aplicación de criterios técnicos en la dispensación. Además, aunque la actitud del personal es favorable, la orientación al usuario y la capacitación en farmacovigilancia requieren mejoras. La correlación entre el desempeño del personal y el cumplimiento del Manual de Buenas Prácticas es moderada, lo que indica que su correcta aplicación influye positivamente en la calidad del servicio, pero existen otros factores determinantes, como la experiencia, la infraestructura y la gestión de la farmacia. Finalmente, el cumplimiento de las buenas prácticas sigue siendo irregular, con un porcentaje significativo de farmacias donde se aplican solo parcialmente o de manera deficiente. Esto resalta la importancia de fortalecer la supervisión, mejorar la capacitación del personal y fomentar una cultura de cumplimiento normativo para garantizar una atención farmacéutica segura y de calidad.Objective: The objective of the research was “To determine the compliance with the Manual of Good Practices in Pharmaceutical Offices by technical personnel working in drugstores in the province of Ica, 2023” Methodology: The methodology used was relational-observational, with a quantitative, prospective, and non-probabilistic approach. The sample consisted of 115 users, selected based on their involvement in the scheduled activities. A questionnaire with questions related to the variables under study was used as the data collection instrument. Results: The study shows that the implementation of the Manual of Good Practices in Pharmaceutical Offices focuses mainly on the dispensing of medicines (52.2%), highlighting greater emphasis on the safe delivery of medications. However, pharmacovigilance (24.3%) receives less attention, indicating the need to strengthen the monitoring of adverse drug reactions. Regarding good storage practices, temperature and humidity control (41.7%) is the most commonly applied measure, ensuring the stability of the medications. Nevertheless, the handling of expired or deteriorated products (19.1%) is deficient, posing a risk to patient safety. As for good dispensing practices, most staff prioritize providing information about the use and storage of medications (43.5%), aligning with the importance of patient education. However, the documentation of the dispensing process (29.6%) remains limited, despite being essential for traceability and error reduction. In terms of pharmacovigilance, the greatest focus is on the follow-up of patients using high-risk medications (37.4%), helping to reduce adverse effects. Still, training in pharmacovigilance (33.9%) is insufficient, hindering the proper identification and reporting of adverse reactions. Pharmaceutical technicians show stronger knowledge regarding drug interactions and contraindications (41.7%), but weaknesses in understanding pharmaceutical regulations and standards (28.7%), which may lead to legal non-compliance. Regarding dispensing experience, 39.1% have received training, yet only 23.5% correctly apply technical dispensing criteria, revealing a gap between theoretical training and practical application. The attitude of technical staff stands out in terms of compliance with dispensing standards (39.1%), but elements such as empathy and user orientation (30.4%) and a proactive attitude (30.4%) need to be strengthened to improve patient satisfaction. ix Correlations indicate a moderate relationship between compliance with the Manual of Good Practices and the performance of technical staff (r = 0.499, p < 0.01), suggesting that good practices enhance performance, though they are not the sole influencing factor. The correlation with good storage practices (r = 0.347, p < 0.01) is lower, implying that other aspects such as infrastructure and inventory management also impact proper storage. The cross-tabulation analysis reveals that 44.3% of staff believe good practices are only “sometimes” followed, pointing to shortcomings in implementation. Only 38.3% believe they are always followed, while a concerning 17.4% state they are rarely or never applied—highlighting the need to reinforce oversight and adherence to regulations. Conclusion: The study concludes that the Manual of Good Practices in Pharmaceutical Offices is only partially implemented in most pharmacies, with greater focus on dispensing but significant weaknesses in pharmacovigilance and the handling of expired products. Pharmaceutical technicians have an adequate understanding of drug interactions and contraindications but show deficiencies in regulatory knowledge and the application of technical dispensing criteria. Furthermore, while their attitude is generally positive, there is a need to improve user orientation and pharmacovigilance training. There is a moderate correlation between staff performance and adherence to the Manual of Good Practices, indicating that proper implementation positively influences service quality. However, other factors such as experience, infrastructure, and pharmacy management are also decisive. Finally, compliance with good practices remains inconsistent, with a significant number of pharmacies only partially or poorly implementing them. This underlines the importance of strengthening supervision, improving staff training, and fostering a culture of regulatory compliance to ensure safe and quality pharmaceutical care.application/pdfspainfo:eu-repo/semantics/openAccesshttps://creativecommons.org/licenses/by/4.0/AlmacenamientoBuenas prácticasFarmacovigilanciaDispensaciónContraindicacionesMedicamentosStorageManual de buenas prácticas de oficina farmacéutica y cumplimiento del personal técnico de boticas de la provincia de Ica, 2023info:eu-repo/semantics/masterThesishttps://purl.org/pe-repo/ocde/ford#3.01.05